La confrontación entre el uribismo y el Pacto Histórico alcanzó un nuevo punto crítico. Jerónimo Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, respondió con dureza al senador Iván Cepeda, luego de que este interpusiera una denuncia en su contra y contra su familia por calumnia, injuria, hostigamiento y amenazas.
En un extenso mensaje publicado en redes sociales, Jerónimo lanzó acusaciones directas contra Cepeda, señalándolo de tener vínculos con las extintas FARC y de ser, según sus palabras, uno de los “determinadores políticos” del crecimiento del narcotráfico en Colombia. Además, cuestionó su papel en el proceso de paz, su cercanía con líderes guerrilleros y lo responsabilizó de la supuesta persecución contra su familia.
La disputa no ocurre en un vacío, este cruce coincide con dos hechos que marcan la coyuntura política actual. Por un lado, la reciente condena de 12 años de prisión contra Álvaro Uribe por presunta manipulación de testigos; por otro, el anuncio de la precandidatura presidencial de Cepeda por el Pacto Histórico. Este contexto ha intensificado la polarización entre ambos sectores.
A su vez, Tomás Uribe, hermano de Jerónimo, también se pronunció pidiendo colaboración ciudadana para recolectar información que, según él, demostraría una persecución judicial impulsada por el Gobierno y sus aliados.
Hasta ahora, Iván Cepeda no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones. Sin embargo, lo que resulta evidente es que esta disputa no es solo personal, refleja la profundidad de la división política en Colombia y anticipa un escenario en el que la batalla por la narrativa se librará tanto en los tribunales como en la opinión pública.

