El Tribunal Superior de Bogotá revocó la condena de 12 años de prisión domiciliaria impuesta en primera instancia al expresidente Álvaro Uribe Vélez, y lo absolvió de los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal, cerrando uno de los procesos judiciales más controversiales en la historia política del país.
Durante la lectura del fallo, los magistrados señalaron que no se demostró de manera suficiente la responsabilidad directa del exmandatario en la supuesta manipulación de testigos dentro del proceso que lo vinculaba con ex paramilitares, entre ellos Juan Guillermo Monsalve y Carlos Enrique Vélez.
El alto tribunal concluyó que las pruebas aportadas no acreditaron que Uribe hubiera ordenado o incentivado dichas actuaciones, por lo que decidió declararlo inocente y levantar todas las sanciones derivadas de la sentencia anterior.
“La Sala encuentra que no existió dolo comprobable ni evidencia directa que vincule al procesado con actos de manipulación o fraude”, afirmó uno de los magistrados durante la audiencia.
Un giro judicial y político
Con esta decisión, el Tribunal tumbó la condena dictada en agosto de 2025, que lo había dejado bajo medida de prisión domiciliaria por 12 años.
La absolución representa un giro histórico en la trayectoria judicial de Uribe, quien desde 2020 enfrentaba investigaciones por presunta manipulación de testigos y uso de información falsa para desvirtuar acusaciones de vínculos con grupos paramilitares.
El expresidente celebró la decisión asegurando que “la verdad prevaleció”, mientras que sectores de oposición calificaron el fallo como un “duro golpe a la credibilidad de la justicia”.
Repercusiones en el panorama político
La decisión del Tribunal llega a menos de un año de las elecciones de 2026, en las que Uribe y su partido, el Centro Democrático, buscan recuperar protagonismo político.
Analistas advierten que la absolución podría reconfigurar el panorama electoral, devolviendo al expresidente un papel clave en la escena nacional.
El fin de un proceso histórico
El caso, que inició hace más de una década, marcó un hito en la justicia colombiana por tratarse del primer expresidente en ser llamado a juicio penal.
Con la decisión de hoy, Uribe queda libre de todos los cargos, cerrando oficialmente el expediente por soborno y fraude procesal.

